31 de enero de 2010

Artistas anónimos.

He ido a una especie de audición o festival llevado a cabo por una asociación llamada "La buena letra" al que he sido invitado por un amigo, miembro de dicha asociación. A pesar de que hacía un frío de pelotas en el lugar y que el técnico de sonido merecía una hostia desde todos los ángulos, por las constantes cagadas con los micrófonos; el evento me pareció reconfortante. Me gusta ver que la gente lleva un artista dentro y que no se corta en expresarlo. Se palpaba el nerviosismo en algunos de los escritores que salían al escenario a la hora de hablar, a cualquiera le impone hablar ante un público mayoritario y espectante.

A pesar de los problemas de sonido y del típico tocapelotas de turno que no dejaba de entrar y salir por la puerta de acceso al teatro, el acto no sufrió mayores problemas para llegar a su término. Algunos narraban relatos e historias cortas, otros recitaban poemas y parábolas; pero todas sus voces fueron escuchadas.

Allí no había ningún Antonio Gala, ni un Saramago o una Stephanie Meyer; esa clase de escritor sólo se mide por su "caché" y su cuenta bancaria, pues si hubo algún momento en el que sus escritos valieron la pena fue hace mucho tiempo ya que están bajo el yugo de las malsanas editoriales que dictan qué se debe o no escribir.

Esto me ha hecho recordar que aún tengo un libro a medio escribir y que algún día le daré el final que tanto anhelo.

Un saludo a todos.

P.D: Lamento no poner viñeta, pero no hubo tiempo. Os recuerdo que cuando hice este artículo aún no me había pirado a Talavera.

1 comentarios:

Daniel Atienza López dijo...

Es curioso como tu blog publica textos por sí mismo, que guapo. La verdad es que yo también estuve en ese rectamen o recital y quise matar al técnico de sonido y luces. Muchas gracias por la asistencia. Un brazo.