En los últimos tiempos se lleva dando una peculiar costumbre en las baldías tierras de Fuenlabrada (sur de Madrid). Ésta consiste en levantar todo lo que tenga asfalto y adoquines sin importar el estado, ya sea malo o totalmente a estrenar, supongo que con el evidente fin de que nos suelten lo mismo el año que viene en los presupuestos. Mientras tanto no queda más remedio que joderse una y otra vez y dar vueltas con el coche, cual gilipollas en una plaza de toros. A este paso nuestro alcalde, Manuel Robles, va a desbancar a Gallardón.
4 de noviembre de 2010
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